La palabra fue: Sombrilla.
Mucha gente dice 'me vale sombrilla' para indicar que algo no le importa.
-Si no haces la tarea no podrás ir a la fiesta
-Me vale sombrilla
-Como sigues de borracho, terminamos
-Me vale sombrilla
-Te vas al bote
-Me vale sombrilla
Es injusto para las sombrillas. Para empezar su nombre es muy adecuado y descriptivo. Hasta un niño lo entiende: un sombrilla es una cosa que produce una sombra chiquilla. Antes se llamaban 'paraguas' que también es un nombre correcto: una cosa para el agua. Y todavía antes se llamaban 'quitasol' o 'parasol'.
Las sombrillas nos protegen del sol y del agua. Son como un arbolillo que llevamos a todas partes. También nos protegen de los asaltantes ya que podemos usarlas para golpear y picar.
Las sombrillas que usamos actualmente deben ser invento del siglo 19, el siglo de las maravillas mecánicas. Tienen un delicado y liviano sistema de varillas que se contraen y se extienden con el simple movimiento de la argolla central. Algunas se achican tanto que caben en una bolsa de mujer. Es cierto que hay pinturas antiguas, europeas o chinas o japonesas en las que aparecen sombrillas, pero no tan manejables ni tan ligeras como las que tenemos ahora. En muchas pinturas aparece un sirviente cargando la sombrilla del poderoso.
Hay muchas cosas prescindibles que podríamos usar para indicar desprecio. Ahí está un comino, que ya se usa y tiene cierta utilidad como ejemplo de lo inútil. Podemos pensar también en un ajonjolí, o en una lenteja que rezumba y suena. Las sombrillas no son, como hemos visto, objetos inútiles ni desdeñables. En estos días de cambio climático, serán cada vez más necesarias.
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