Los franeleros y los empacadores ¿son una forma de caridad o de explotación? Los administradores de las grandes plazas comerciales ¿son bondadosos o explotadores al permitir que en sus estacionamientos operen las organizaciones de franeleros? ¿Hemos de alabar a los dueños de los supermercados por permitir trabajar a los empacadores?
Podemos sospechar que se trata más de explotación que de caridad. Los administradores de las plazas tendrían que comprar seguros que cubriera los robos dentro de su propiedad. En lugar de seguro, le pasa el costo a sus usuarios que deben dar propina a los franeleros.
Los dueños de supermercados que quisieran dar un buen servicio deberían contratar empacadores para ahorrarle trabajo a sus clientes. En lugar de eso permiten trabajar a ancianos y niños y le pasan el costo al cliente.
En los estacionamientos privados se puede claramente cómo el dueño le pasa sus costos al cliente. Los acomodadores de coches no reciben sueldo o sólo un mínimo. Pero agradecen el trabajo porque se completan con las propinas. Así, el dueño del estacionamiento paga bajos o nulos sueldos y le pasa el costo al cliente que debe pagar al acomodador. Haga la cuenta, si en un estacionamiento entran 500 autos al día y cada uno da una propina de cinco pesos, son $2,500 diarios que debería pagar el dueño a sus empleados para ofrecer un buen servicio.
Lo mismo puede decirse de los gasolineros: ganan el mínimo pero se completan con los cinco o diez pesos que cada cliente paga de sobreprecio. Mismos que se ahorran los dueños.
La institución de las propinas beneficia más a los dueños de los negocios que a los pobres que la reciben.
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