Mientras esperaba que iniciara el concierto en Catedral, como no tenía yo el programa se lo pedí a un señor ya viejón que estaba cerca. ¿Me puede usted prestar su programa un momento? Me miró casi enojado y me contestó ¿por qué? Me desconcerté medio segundo pero añadí 'por favor'. Entonces me lo dio. No traté de ocultar mi sonrisa medio burlona mientras lo tomaba.
A mi entender, mi petición fue educada pero a él no le pareció así porque faltó decir 'por favor'. O bien sintió que yo le daba una orden y consideró necesario humillarme, o es un pedagogo de tiempo completo y considero necesario educarme.
Me sorprende comprobar que en México ha desaparecido el modo imperativo. Sólo los extranjeros dicen: ven acá, préstame, dame, trae, revisa esto. Los mexicanos decimos podrías venir por favor, podrías revisar esto por favor. Si no lo decimos así, el otro se sentirá humillado, manduqueado, nos acusará de prepotentes y dirá algo así como 'siquiera dime por favor, no'. Aun los subordinados resentirán al jefe cuando use un imperativo sin el por favor: 'Está bien que sea el jefe, pero que pida por favor, que no sea maleducado'.
Memo: como dicen en coaching 'el lenguaje crea realidades'... Comparto tu frustración de lo delicados que somos los mexicanos para del uso del lenguaje; y creo que la 'cortesía mexicana' es más forma que fondo. Pero, por otro lado, también me parece cierto que el lenguaje crea entornos y, para la mayoría, un entorno 'amable' es mejor que uno neutral. Aunque lo que se considera amable puede variar entre culturas como bien lo has señalado.
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