19 Abril 2017
Asisto a un recital de canto "De la Ópera a Broadway" con dos sopranos y un barítono acompañados por un pianista. A mi izquierda dos comadres. La que me queda más lejos musita las arias en voz no tan baja. El poblano que vive en mí quiere 'mirarla feo' para que se avergüence y guarde silencio respetuoso. Ella no me ve, está como encantada.
Se las sabe todas: óperas de Mozart, zarzuelas, y west side story. El dueto de La Barcarola quedó convertido en trío. Después de dos o tres intentos inútiles empiezo a pensar en lo feliz que está. Si a pesar de todo yo he disfrutado la función, ella con más razón.
Cerca del final, canta sin inhibición y hago mi último intento. En medio de una nota larga, ve que la estoy mirando y, en lugar de callarse, le gana la risa. Mi ferocidad cede lugar a una sonrisa cómplice con las comadres.
17Dic2016
Donde google maps me indica que hay una carpintería encuentro un tendajón. Le pregunto a la señora que lo atiende si sabe dónde está la que busco.
"Si busca un carpintero aquí a dos calles hay, pero no es muy recomendable. Camine dos calles y luego a la derecha por la 84. Es muy informal. Le pide anticipo y no termina cuando dice. No le pague nada porque no cumple. Así de este lado, luego luego la ve porque tiene su letrero. Dígale hasta que no termines, no te pago. ¿Va a ir caminando?"
29Oct2016
Todos los jueves a las nueve de la noche, desde hace más de cincuenta años, hay 'Serenata Yucateca' en el jardín de Santa Lucía de Mérida. Llegamos temprano y nos tocó en primera fila. Los vendedores insisten en tratarnos como turistas que por estos días inundan el centro. Junto a mí, una señora como de setenta o más: chiquita y encorvada, de cabello y ojos claros. Sus manos artríticas parecen escobas viejas. Viene con su dama de compañía, una mujer indígena un poco más joven que le carga la bolsa y le guarda el lugar mientras ella da pasitos en espera de la serenata.
Inquieta, me busca la cara como queriendo platicar. ¿Usted de dónde viene? pregunta sin más. (¿Cuándo dejaré de parecer turista?) Soy de aquí, le digo y sueno un poco falso. Me mira como sorprendida y me siento forzado a aclarar: llegamos hace poco, pero vivimos aquí en Santiago. Yo también soy de aquí, replica con orgullo. Vivo en, cómo se llama, Mayapán.
Ya en confianza me platica que viene a la serenata cuando no tiene otra cosa que hacer pero habitualmente va a casa de su hermana que toca la guitarra y se ponen a cantar. Su acompañante confirma la historia con la cabeza.
¿Usted toca la guitarra? le pregunto. No, yo toco las maracas, y agita las manos con ritmo.También toco el, cómo se llama, el güiro. Sus manos me enseñan cómo lo toca.
Durante la serenata me estuvo explicando el origen de las canciones y de los bailes que veíamos. Lamento no haberla escuchado mejor. La Vaquería, me comenta, se llama así porque la bailaban los vaqueros después de marcar todo el ganado. Tal vez. Lo cierto es que la música y la coreografía son una jota, o quizá muñeira, española trasplantada a Yucatán. Vean esto e imaginen a ellas con floreados trajes de mestizas y ellos con pantalón de manta, sombrero de palma, bolsa de henequén y huaraches ¿de mujer?
Para despedir a mi amiga le apreté su mano de escoba como queriendo arreglársela. Su ayudanta, siempre tímida, me dedicó una sonrisa.
24Sep2016
Las reglas de circulación son muy sencillas: si al llegar a
una esquina tienes señal de alto, te detienes y dejas pasar a
cualquiera que cruce incluidos los peatones. Si no tienes ninguna señal
debes pasar sin precaución. No deja de ser escalofriante porque si
frenas un poco cuando no debes, el de atrás puede pegarte. Los peatones
conocen esas reglas y cruzan o esperan de acuerdo con las señales.
Íbamos caminando cuando le comenté a Patricia que los automovilistas
aquí son mucho menos agresivos que en Puebla. Como cosa rara, estuvo de
acuerdo conmigo. Dos calles más adelante, al cruzar una esquina, un
jetta blanco con placas de Puebla se nos echó encima y nos hizo correr.
El chofer no parecía consciente de lo que hizo.
20Sep2016
El oculista examina a Viviana mientras yo espero mi turno. ¿Es un coqueto? Ya no está para eso. Mientras la examina empieza a cantar "Bonita, como aquellos juguetes..." Se aleja y se acerca siguiendo el ritmo de la canción. Baila un poco. Además de nosotros, está la secretaria que escribe lo que el doctor le dicta y un joven modoso que entra y sale con cualquier pretexto y se cambia de lentes cada vez. No podemos catalogarlo entre gay y mirrey.
"La sinceridad de tu espejo fiel... Ojo izquierdo no se detectan alteraciones" La secretaria escribe."Míreme aquí, chulita. Distancia interpupilar seis punto dos. Se ve que no es usted de aquí ...como el beso robado". El asunto me intriga de inmediato.
-¿Por qué supo? ¿Cuál es la distancia entre los de aquí?- le pregunto.
-La gente de aquí tiene siete o más ¿no ve usted que somos cabezones? Por eso tenemos los ojos muy separados. Fíjese, cuando yo estudié en México, hace muchos años de eso, mi maestro, el doctor Gómez Rueda, me dijo "Oye, Hervey, y en Mérida todos son cabezones. No, maestro, algunos no. Yo no soy cabezón, le dije. ¿Tu no eres cabezón? me dijo. Eso crees."
La secretaria se rie y el joven modoso se nota un poco afectado por el chiste de su abuelo que seguramente ha oído muchas veces. Ya que estamos de buen humor me animo a contarle del antropólogo que estudió a los yucatecos y concluyó que "alcanzan el uno cincuenta, aunque también hay chaparros."
Termina el examen de Viviana. "Sus ojitos están muy bien. Ahora vamos a ver a su papá." "Ojo izquierdo, hay un pterigión. Ojo derecho, el examen de la mácula no revela alteraciones. Fondo, normal para la edad." Su profesionalismo me hace ver que estaba de lucido con Viviana.
-¿Y mi distancia interpupilar?
-Seis punto nueve... en el límite.
Ahí se revela un secreto de los mayas que me había intrigado. ¿Cómo hacen los vendedores y los cantantes callejeros para saber quién es turista y quien no? Estiman la distancia interpupilar a partir del tamaño de la cabeza. Si es poca, no es de aquí.
Ahora me fijo mucho en la distancia interpupilar de la gente que encuentro.
8Sep2016
Intento no parecer turista; confundirme con los habitantes de esta
ciudad. No me visto como los turistas que usan huaraches con calcetín y
resaltan sus pantorrillas lechosas. Tampoco uso guayabera que aquí está
reservada para los trovadores. Cierto que no me pongo pantalón de
mezclilla que es casi obligatorio entre hombres y mujeres, gordos y
flacos. Así, con ánimo de camuflage, fui al mercado a comprar fruta con
mi carrito, como es lo habitual. En la salida, un vendedor de chácharas
intenta llamar mi atención: Hey mister, good morning, mister.
8Sep2016
Meditación yuca: el calor es como el tinnitus: irremediable y siempre
presente. Lo indicado es lo mismo en los dos casos: no hacer caso,
expulsar el padecimiento de la conciencia.
17Ago2016
Hice contacto con un taller de cuento que me invitó a su sesión en un
bar-galería. La cita era a las 7:30 y llegué puntual. Me recibió el
dueño del bar y me informa que el tallerista "llega a las ocho o más,
pero siéntese para que oiga lo que estoy planeando". Me entero de sus
planes de convertir esa calle cerrada en un callejón del arte, y de la
burocracia del ayuntamento de Mérida que "ya hace más de una semana que
recibieron mi solicitud". Poco a poco llegan los miembros del taller y
piden sus chupes. El dueño me pregunta si quiero algo de tomar. Le
explico que salí de mi casa sin dinero, imprevisor de mí. "No importa,
el martes que entra que vuelvas a venir me pagas ¿qué te traigo?". A las
once pm seguimos comentando los cuentos entre cervezas bien frías.
15Ago2016
Hace tres años visité el centro cultural Olimpo del ayuntamiento de
Mérida. Me llamó la atención el anuncio, entre otros muchos, de un
taller de orquesta e improvisación musical. Me propuse inscribirme en
cuanto me mudara. Acabo de ir con ese propósito, no hay anuncios de
cursos de nada y la señorita de informes no sabía de qué le hablaba.
Consultó con una colega y vino muy alegre "Usted lo que quiere son los
cursos para adultos mayores, vaya aquí a la vuelta donde dice trabajo
social, ahí le dan informes" Se desconcertó un poco cuando vio que me
hizo reír. Luego fui y yo, y sigo siendo, el desconcertado. Mi
cumpleaños 69 de hoy me hizo pensar en ese episodio.
11Ago2016
Meditaciones yucas:
-Hay que acostumbrarse a vivir mojado y pegostioso.
-Las horas de mayor actividad son de 8 a 10 am y de 6 a 9 pm.
-Ropa de calle: camiseta, bermudas y chanclas. Ropa de dormir: camiseta y bermudas.
-Artículos de primera necesidad que deberían estar subsidiados en la
canasta básica: sombrero, repelente de moscos, flit, ventilador
eléctrico, bolsas para levantar caca de perro que no se puede dejar en
la banqueta.
-Lo natural es no hacer nada; cualquier trabajo requiere un esfuerzo especial.
9Ago2016
Espero en una ventanilla del IMSS en una de las dos únicas sillas que
hay. Un viejillo de bastón se apura dando pasitos para ganarse la otra y
se desploma en ella. Cuando recupera el aliento me examina de arriba a
abajo, me toca el brazo y me pregunta ¿Clinton o Trump? . Me repite lo
que sabe del origen de Melania "vi en CNN que es rusa o eslovenia y eso
lo va a perjudicar", Mi acento guacho lo intriga y empieza a preguntarme
dónde vivo y de dónde soy. Llega mi turno y eso me salva de contestarle
8Ago2016
Chiste yuca, contado por el señor de la tlapalería a sus clientes: una
fondita se anunciaba "Coma como en su casa". Llegó una señora a comer y
se puso regañar a todos.
Otro chiste yuca contado por el señor de la tlapalería la segunda vez
que fuí a buscar unos clavos que no había. Me muestra el encabezado del
periódico que se refiere al ciclón: "Se aleja el desastre". Yo creí
-dice- que ya se iba Peña Nieto.
Me fijaré también en la distancia ínter pupilas para detectar a los yucatecos en Puebla
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