Presumen de haber logrado avances hacia un acuerdo. Pero su trabajo no es lograr acuerdos; su trabajo es legislar, con o sin acuerdos. ¡Bonito trabajo! Discutir para tratar de ponerse de acuerdo, que según ellos es lo que el país les pide. La mesa de café eterna al servicio de la patria. Y así, se ponen de acuerdo en que es necesario seguir dialogando. O se ponen de acuerdo en que nadie va a interrumpir al otro mientras está hablando. O en que tú me apoyas en esta y yo te apoyo en la otra. ¡Qué civilizados!
Cuando algún partido aprueba una ley sin que todos estén de acuerdo, usan el nuevo verbo de 'mayoritear'. Cuando algún legislador (así se llaman tradicionalmente, no tiene que ver con su función real) vota diferente a su coordinador 'de bancada' entonces lo tachan de traidor. ¡Traidor! Aquí no se vale tener criterio propio ni pensar por su cuenta, no es posible ni deseable. La única razón del voto desobediente es la traición como Judas ¿por cuántas monedas?
Antes se llamaban diputados levantadedos porque aprobaban todo lo que proponía el presidente-jefe. Hoy se llama traidores a los que no levantan el dedo cuando lo dice su coordinador-jefe.
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